No es nada nuevo los términos de Sugar Daddy y Sugar Baby, puesto que existe desde hace años. En donde un hombre o una mujer, aunque predominan más los varones, de edad avanzada, ofrecen regalos, dinero, viajes, … a personas, generalmente chicas, más jóvenes que ellos, con el fin de recibir compañía, cariño e incluso intimidad con fines sexuales. Esto permite a una de las partes sentirse joven de nuevo y a la otra mantener un estilo de vida muy superior al de sus posibilidades; pero siempre o, mejor dicho, casi siempre se hace desde una forma consensuada por ambas partes.
Este casi se refiere a una creciente forma de ciberdelincuencia, que se ha empezado a usar en Málaga como forma de delito con los menores.
Málaga es una de las ciudades más turísticas de Andalucía, en la que miles de turistas acuden a la ciudad malagueña para disfrutar de sus monumentos, calles, fiesta, gastronomía y preciosas playas. Es la segunda ciudad más poblada de Andalucía y la sexta de España. Esa gran población se traduce en un aumento del sugar-dating, pero también de una nueva forma de delinquir a través de las redes sociales.
Hace unos días en Málaga, la Policía Nacional detuvo a un joven por un presunto delinto en la red a una joven de 12 años. El chico se ofrecía a ser su Sugar Daddy, ofreciéndole regalos, dinero, prometiéndole viajes, entre otras cosas, a cambio de que la menor le mandase contenido erótico suyo, y quien sabe, tal vez quedar en un futuro.
Esto se ha convertido en una práctica peligrosa entre los más jóvenes, puesto que hay muchos adultos que intentan aprovecharse de la inocencia de los adolescentes, con el pretexto de una vida de lujo, con lo atractivo que puede sonar, pero que se puede llegar a convertir en casos de trata de menores, en las que las obligan a ejercer la prostitución.